Tío vivo
Mil vueltas después,
salí de mi infancia al galope
sin saber que la madurez,
con paciencia infinita,
espera al otro lado cavando
los surcos de mi piel ajada.
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Una ventana abierta a la creación artística
Mil vueltas después,
salí de mi infancia al galope
sin saber que la madurez,
con paciencia infinita,
espera al otro lado cavando
los surcos de mi piel ajada.
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