De entre los discos más destacados publicados durante el pasado año figura “Two Ribbons”, el tercer larga duración de Let’s Eat Grandma. Banda británica integrada por Rosa Walton y Jenny Hollingworth, amigas desde la niñez y que hace casi diez años, unieron fuerzas para sacar adelante un proyecto musical que en el pasado 2022 alcanzó su plenitud.
El disco transcurre como si fuera una conversación entre ambas, en la que hablan del pasado, de aprender a resignarse ante la fatalidad, de sanación y de una mirada hacia un futuro que por fuerza ha de ser luminoso. Todo ello, probablemente haciendo referencia a complicadas circunstancias personales que pusieron en duda incluso la continuidad de la banda.
Letras sombrías, con un punto de transgresión, contrastan con melodías llenas de momentos que apelan a la euforia más desaforada, con ritmos más accesibles que en sus dos anteriores álbumes y una cierta atemporalidad de su sonido, quizás la cualidad más característica de la banda.
Un sólido álbum, en suma, de poderosas canciones y pegadizos estribillos, tan inmediatas como heterogéneas, que surcan entre coros y sonidos electrónicos por un pop elegante que coloca a la banda como una de las propuestas más interesantes de esa fábrica de música maravillosa que sigue siendo Reino Unido.