En su obra se aprecia la fascinación por la sobriedad de las construcciones de la Era Socialista y el uso de la figura humana como un elemento más de la escena, siempre inerte e inexpresiva. Una composición minimalista y uso de colores pastel en tomas ligeramente sobreexpuestas construyen el ecléctico universo visual de Švarbová en el que cada una de sus imágenes traen a la memoria épocas pasadas de diversos lugares y costumbres dando forma a una atmósfera retro-futurista en la que conviven la austeridad del régimen socialista, una elegancia que conecta con el glamour de la alta costura y la querencia por retratar la soledad moderna por medio de coloristas imágenes que nunca huyen del preciosismo, dentro todas ellas de escenarios desoladoramente sobrios.
Sus siguientes trabajos, también en proceso, “Walls” o “Human Space”, por citar algunos, inciden en las claves de su estilo si bien se observa una evolución hacia escenas más oníricas en los que sus inexpresivos modelos y siempre asépticos escenarios crean una atmósfera cada vez más inquietante.
Una de las autoras llamada a definir la estética de este inicio de siglo y cuyo trabajo a buen seguro prevalecerá sobre el torrente de imágenes en el que vivimos inmersos en la actualidad.