La popularización de las tecnologías basadas en la inteligencia artificial para la creación de imágenes ha supuesto una conmoción por las posibilidades que se abren ante nosotros. El diseñador Niko Vázquez creó, valiéndose de ellas, escenas del Gran Bilbao previo a la reconversión industrial y que tuvieron gran repercusión por lo evocador de imágenes que nos retrotraen a un pasado cercano. El trabajo, que incluye nuevo material inédito, sale publicado en formato libro de la mano de la editorial Zorrotz.
¿Cómo surge la idea de un trabajo como este? ¿Fue tras probar esta tecnología de generación de imágenes o ya tenías en mente un proyecto así?
Llevo varios años voy publicando en redes sociales montajes de supuestas fotos «históricas», del Gran Bilbao habitualmente, en un tono sarcástico o irónico. Me crié en el barrio y el barro de Irala en los años 70-80. Años muy revueltos donde estaba todo por conquistar, viniendo de una dictadura.
A partir de finales de 2022 la IA ya avanzaba muy rápido en la generación de imágenes con cierto realismo y me decidí a utilizarla para perfeccionar esas supuestas imágenes «históricas» y hacerlas más creíbles. Es un «álbum de fotos» personal de mi niñez y juventud.
¿Qué tipo de investigación de datos históricos llevaste a cabo para garantizar la precisión y la autenticidad de las imágenes que recreas?
Soy adicto a buscar imágenes históricas o viejas por la red, en blogs, museos, hemerotecas y libros. Me intriga la vida cotidiana de la gente normal, la clase obrera. Procuro documentarme lo suficiente, aunque siempre dejo margen para la imaginación y que sea la gente la que recree su propia versión estimulada por sus recuerdos. No busco el «perfeccionismo» sino provocar sentimientos.
¿Las imágenes se han creado a partir de texto? ¿Ha habido algún proceso posterior de intervención en las imágenes?
Hice un listado de unos ochenta temas o motivos que me interesaba representar en las series de imágenes, tirando de mis recuerdos de niñez y juventud. Posteriormente, en Midjourney, comencé a generar imágenes con textos y a clasificar los resultados por temas. Han sido unas diez mil las imágenes. Algunas inspiradas en fotos ya existentes, pero la gran mayoría parten de cero. Es un proceso de prueba-error que me divierte porque es un toma y daca entre hombre-máquina.
Una vez satisfecho con la imagen que quiero, procedo a corregir fallos con Dalle2 y Leonardo. Posteriormente monto todo en Photoshop, finalizo el collage si me falta alguna pieza más y finalmente doy los últimos retoques de color para seguir una unidad estilística.
¿Has detectado alguna debilidad en esta tecnología de generación de imágenes? ¿Algún elemento que le cueste especialmente recrear?
Tiene deficiencias que van mejorando muy rápidamente, versión a versión. Un clásico error son las manos con «decenas» de dedos y las miradas, que tuve que retocar para la preparación del libro, pero lo han ido solucionado en las últimas versiones. También hay temas que la IA «no entiende», por ejemplo, el puente de Deusto abierto lo he tenido que hacer a mano. Tampoco se le da nada bien ciertas la generación de prendas, como la txapela, … es muy anglosajón.
Quien haya vivido en aquel Bilbao industrializado sentirá familiaridad con las imágenes, pero, ¿cómo crees que gente más joven que no vivió aquellos años reaccionará a un trabajo como este?
Me ha sorprendido la respuesta porque como grafista maligno que soy pensaba que se tomarían a risa estas series, pero ha sido lo contrario, gente de todas las edades me comenta que, al verlas, les revuelve algo por dentro, algo que me sonroja y enorgullece, porque mi pretensión era simplemente expresar gráficamente lo que pasa por mi cabeza y me agrada que hagan reflexionar cuando las comparto públicamente.
Y más sorpresa fue que la editorial Zorrotz me ofreciese editar un libro, algo que no pasaba por mi cabeza. Finalmente he creado ciento sesenta imágenes para el libro, la mayoría inéditas y con el valor añadido de unos textos con los que unos amigos periodistas, músicos y escritores han contribuido.
El título “Make Bilbao grAI Again”, puede dar pistas sobre la intención de este libro, si bien, quizás haya interpretaciones que apelen a la nostalgia de un tiempo pasado que afirman fue mejor, ¿Cuál es tu visión del Bilbao de aquel tiempo tan diferente al de hoy día?
Es una reivindicación gráfica: bajo este Bilbao de postal actual hay mucho barro, mucha pelea que reivindicar. Venimos de ese barro, del esfuerzo de miles de mujeres y hombres que tuvieron que construirse en el Gran Bilbao una «vida» para ellos y nosotros, sus descendientes, en unas condiciones muy duras, pero con una dignidad asombrosa. No reniego del pasado, no siento nostalgia, pero no lo olvido. No me convence el Bilbao actual. Se han perdido oportunidades de haberlo hecho mejor. Es una ciudad bastante anodina, llena de terrazas invadiendo las aceras y agolpadas al lado de contenedores de basura, de mucho macro evento para gente de fuera, de grúa Carola solitaria y cuatro containers fuera de contexto, de zonas hipsters en ambientes postindustriales, con las mismas cadenas de alimentación o de ropa que en cualquier otra ciudad portuaria reconvertida de la misma manera y con poca inversión en los barrios obreros. Hemos destruido casi todo nuestro pasado industrial y los restos los envolvemos en celofán.
¿Ha habido un antes y un después en tu modo de trabajar con estas nuevas herramientas? ¿Habrá nuevos proyectos en los que recrearás algún otro tiempo o lugar?
Sí, estamos en un cambio de paradigma. Las grandes tecnológicas se han puesto las pilas e incorporan ya la inteligencia artificial en sus herramientas para facilitar el trabajo. Las posibilidades son inmensas. Las polémicas sobre el control, el copyright y los miedos también. Pero nos sucedió lo mismo con la invención del PC o internet.
Ahora mismo trabajo en unas series con imágenes recreadas en la posguerra española a las que he denominado «Aurkitutako argazkIAk / Fotos encontradas» en una ganbara de una casa antigua. Y otras series »artísticas» más enfocadas en el surrealismo. También en un par de cortos guionizados desde hace más de quince años que por falta de material gráfico y recursos no los pude realizar. Ahora voy a poder generarlos con un ordenador modesto, sin un gran desembolso. La IA nos está ayudando a reducir costos de producción.