La novela gráfica “La Auditora” es la primera colaboración del escritor Jon Bilbao junto al dibujante Javier Peinado. Una oscura historia ambientada en un futuro próximo en el que una comunidad, encerrada en sí misma, vive bajo un férreo marco social y laboral que condiciona las relaciones entre sus habitantes.
Cuál ha sido el proceso creativo a la hora de llevar a cabo “La Auditora”, ¿se ha ido construyendo trabajando a la par? ¿Se partía ya de un guion previo? ¿ha habido cambios sustanciales sobre la idea original o diálogos, trama, personajes y estilo gráfico estaban ya muy definidos antes de iniciar la ejecución de la novela gráfica?
Jon Bilbao: Yo tenía una sinopsis bastante detallada, que presenté a la editorial Astiberri. Cuando le dieron el visto bueno, se la enseñamos a Javier Peinado, por si estaba interesado en realizar las ilustraciones. Él estuvo de acuerdo y entonces escribí el guion, que, a su vez, fue revisado por la editorial y por Javi. A continuación, comenzó el proceso de dibujo. En lo referido a trama y personajes, el resultado final no dista mucho de la idea original.
Javier Peinado: Por la parte de dibujo suelo seguir siempre sigo el mismo proceso: diseño de personajes a través de bocetos, hasta llegar a un acuerdo con el guionista. Luego hago croquis a lápiz de todas las páginas, muy abocetados, sobre todo para ver el diseño de páginas. En el caso del guion de Jon, quedamos desde el principio en que no se preocuparía mucho por las viñetas; a mí me apetecía tener cierta libertad en este aspecto. Una vez con el esquema del cómic definitivo, sólo queda dibujarlo. Como está todo bastante cerrado y definido en esta fase, hay poco riesgo de tener que rehacer nada esencial.
Esta ha sido vuestra primera colaboración, ¿ha sido sencillo trabajar en equipo? ¿en un trabajo en equipo como este se ha de llegar a un consenso cediendo ambas partes o a la hora de construir una novela gráfica los papeles de cada uno están bien definidos y cada uno puede trabajar bajo su propio criterio?
JB: Uno de los aspectos que más me atraía a la hora de trabajar en un cómic es la colaboración con el dibujante, que él realizara sus aportaciones al proyecto, que lo enriqueciera. Y no podría estar más satisfecho con el resultado. Los colores, la atmósfera, la apariencia de los personajes, la energía de las escenas de acción… todo eso es obra de Javi. Ha sido una colaboración muy fluida.
JP: Creo que para un dibujante es más fácil porque el guion viene primero. De entrada, te gusta o no. A mí la sinopsis me encantó, y por tanto es difícil tener pegas luego con el guion. Hubo muy pocos cambios: algún diálogo añadido y alguna secuencia cambiada de orden, eran sobre todo cosas que tenían que ver con el encaje de las viñetas. Y a Jon todo lo que le iba mandando le parecía estupendo, la verdad es que ha sido un proceso muy cómodo.
Es la primera novela gráfica en la que Jon trabaja, ¿era algo que tenía en mente desde hace tiempo y hasta ahora no ha habido oportunidad para ello? ¿habrá más trabajos dentro de este medio o ha sido simplemente una experiencia puntual?
JB: Es cierto que hacía mucho que tenía ganas de hacer algo en el campo del cómic, pero hasta ahora no se había dado la confluencia de oportunidad e idea adecuada. No quiero que sea una experiencia puntual. De hecho, ya le estoy dando vueltas a otro proyecto.
¿Cuál sería la tarea que a la hora de llevar un guion a convertirlo en viñetas requiere mayor esfuerzo?, ¿el aspecto creativo de dar forma a cada personaje y lugar donde se desarrolla la acción o ir creando dibujo a dibujo cada viñeta?
JP: El dibujo final realmente es costoso, pero bastante mecánico, en ese punto realmente ya lo tienes todo bastante claro. Me llevó más tiempo preparar el diseño de páginas. Aunque leas muchas veces el guion, de vez en cuando tienes que volver atrás porque te das cuenta de que algo no encaja o lo habías entendido mal, o queda mejor hacerlo en otro orden. También es cierto que en ese momento del proceso no teníamos aún fecha de entrega y pude tomarme el lujo de pensar más antes de dibujar.
Si bien la historia se desarrolla en un futuro relativamente cercano, ciertos temas de la trama hacen hincapié sobre problemas incipientes que ya afectan a la sociedad actual o que están a punto de hacerlo, ¿era la intención del texto hacer algún tipo de crítica social proyectándola en un futuro, pero haciendo referencia al presente?
JB: El eje narrativo del cómic es una indagación detectivesca en busca de un robot oculto en un pueblo, pero esto no deja de ser una excusa para explorar el microclima social del lugar, con unas relaciones sociales en las que lo profesional y lo personal se confunden. En otras palabras, lo importante son las personas, más que los robots. En cualquier caso, huyo de los panfletos y, en general, de las narraciones que llevan el discurso social o político al primer plano. Prefiero que el lector pueda extraer sus propias conclusiones, y que no le vengan impuestas.
El futuro descrito en la novela es un tiempo sombrío y temible en el que aún no hemos sido capaces de solucionar como sociedad ciertos males alguno de los cuales incluso ha empeorado, ¿el miedo al futuro es un sentimiento presente en el imaginario colectivo o quizás es simplemente que en la distopía se pueden crear mejores historias?
JB: No creo en el dicho: «Todo tiempo pasado fue mejor». A mí no me gustaría vivir en ningún otro momento histórico. Lo que sucede es que, en términos narrativos, el futuro te permite mayor libertad que el presente.
“La Auditora”. Jon Bilbao, Javier Peinado. Editorial Astiberri