Como complemento a la entrevista publicada hace unos días al escritor y periodista Jöel López Astorkiza en la que reflexiona sobre su profesión y el futuro de la misma, charlamos en esta ocasión con Juan Haro, uno de los responsables del semanario “Indiscretos”, un nuevo medio de comunicación nacido en esta época de zozobra e incertidumbre del periodismo tradicional con un claro objetivo, hacerse un hueco entre los canales de información desde un punto de vista novedoso y sobre todo independiente. En esta larga entrevista sabremos mucho más de tan ambicioso proyecto.
Explícanos brevemente qué es “Indiscretos”.
Indiscretos es, básicamente, una fuente de información alternativa a los medios tradicionales. Se trata de una revista digital cuyos contenidos son publicados los domingos de cada semana. Cada número, temas de actualidad política, cultural, deportiva o sociedad son tratados por un equipo de jóvenes periodistas desde un punto de vista crítico en el que la ironía y la sátira son los ingredientes necesarios para ser fieles a un estilo indiscreto.
¿Cómo surge dicho proyecto y cuál es su objetivo principal?
Indiscretos nace fruto de la necesidad imperiosa de escribir y ejercer el periodismo sin ataduras ni censuras… con libertad para abordar cualquier tema que consideramos de interés para el lector y para la sociedad. La situación precaria que muchos de los redactores vivimos y los grandes impedimento para poder “comer” trabajando como periodistas actualmente, fueron el detonante principal del comienzo de la revista. Llevamos la profesión por dentro, las dificultades que atraviesa el gremio para dar trabajo a jóvenes periodistas pueden obstaculizar nuestro crecimiento pero no nos detenemos gracias a otras posibilidades que hoy podemos aprovechar.
Nuestra meta ahora mismo pasa por hacernos un hueco en la amalgama de medios de comunicación emergentes en internet y sobre todo, ganarnos el respeto y la consideración de los lectores como un medio de comunicación útil, interesante y diferente al resto. Ese es nuestro reto vigente, y para alcanzarlo, necesitamos trabajar muy duro y luchar por la suerte. Eso lo tenemos claro.
¿Qué puede aportar “Indiscretos” que no pueda encontrarse en otros medios ya asentados?
La revista tiene una filosofía bien marcada desde el principio: no callar ante nada ni nadie, escribir sin pelos en la lengua y rondar la indiscreción. No se trata de buscar la crítica fácil y predecible, sino de dotar a los artículos de mordacidad y sagacidad, y sobre todo de interés para el público. Indiscretos aspira a ofrecer un periodismo mucho más cercano y social del que hacen los medios convencionales y eso se ve en los temas de los artículos. La sección de cultura, tendencias, las viñetas o deportes invitan al lector a desconectar de los crudos temas de actualidad para desempolvar temas realmente interesantes y amenos, mientras que los artículos de opinión o actualidad son más críticos y algo más serios, aunque no siempre es así. Si es cierto que los primeros números iban dotados de una dosis de humor que hemos ido perdiendo como consecuencia de los temas de actualidad, aunque la ironía nunca la hemos abandonado. Tenemos un público muy variado, desde jóvenes a personas más mayores pasando por la Infanta Elena, Bárcenas o Justin Bieber que han declarado su admiración por el proyecto…
¿En el periodismo de hoy es ya algo inasumible crear un medio cuya difusión sea en papel?
Hoy en día, con los pocos recursos económicos de los que disponemos y las posibilidades que ofrece la red no es viable poner un medio impreso en los quioscos. Para ello, has de hacer una inversión importante, crear una cooperativa, tener un cierto nombre o popularidad dentro de la industria periodística que te ayude a arrancar. No me gustaría ser osado y redundar siempre en lo mismo, que ya cansa, pero el papel está atravesando un momento muy crítico. Se está hablando de que puede desaparecer, ojalá no sea así, pero eso no quiere decir que el periodismo también vaya a hacerlo. El periodismo es absolutamente necesario, pero se merece más respeto e inversión. Honestamente creo que la salvación pasa por hacer los contenidos de pago, la información de calidad y trabajada no puede ser gratis, hay que pagar el trabajo de los periodistas.
Uno de los males del periodismo y de cada vez más gremios es la precariedad, se oyen casos sangrantes de becarios haciendo el trabajo de profesionales por casi nada, de corresponsales de guerra que viajan de su bolsillo a lugares en conflicto, despidos masivos en grandes medios de comunicación, ¿Nada volverá a ser como fue en el periodismo? ¿Toca reinventarse continuamente o nada de lo que se haga evitará la continua decadencia?
Personalmente creo que el periodismo debe investigar y ahondar en otros métodos de financiación, otros soportes de difusión, quizás otras reglas de mercado, pero en ningún caso creo que el periodismo como nos lo han enseñado hasta ahora, deba cambiar. Ya lo escribí en nuestra presentación, el periodismo debe estar al servicio de la sociedad, debe ser crítico con el sistema y salvaguardar el derecho a la información veraz. ¿Vamos a olvidar las bases y la esencia que hizo de esta profesión algo único en favor del periodismo 2.0, la exclusividad de las redes sociales o la popularidad de los “twits”? Twitter es como la barra de un bar, cada uno dice lo que le apetece, un «twit» es un «twit», no periodismo, un vídeo en Youtube es buen material, pero tampoco es periodismo. Hay que saber diferenciar.
Esta precariedad en las condiciones laborales ha devenido por desgracia en un deterioro de la calidad con la que se desarrollan las noticias. El círculo vicioso parece claro, ¿no es posible hacer las cosas de otra manera o el mercado aprieta tanto que no deja margen alguno para tratar de añadir calidad y reflexión a los contenidos de los medios de comunicación en general?
Los medios de comunicación tradicionales tienen menos recursos, humanos y económicos, y eso rebaja ostensiblemente la calidad de la información. Si recortas la plantilla, tendrás que buscar otras maneras de seguir ofreciendo la misma calidad de la información con menos recursos y eso lleva a un descenso de la misma y en algunos casos a errores deontológicos graves. Es en este punto en que los medios de comunicación emergentes pueden suplir esa carencia, pero siempre publicando información de calidad. Aunque sigo pensando, que por mucha oferta de información de calidad que tengamos en la red, los medios de comunicación siguen siendo muy necesarios, ya que Internet hay un superávit de información y eso nos debe obligar a ser más selectivos.
Otro de los males de la profesión es el excesivo periodismo de trincheras, especialmente en temas que tocan la vida política. Muchos periodistas parecen más portavoces de partidos políticos que informantes de la realidad e intentar desmarcarse de esta tendencia cada vez más acusada y tener criterio propio ante unos hechos o declaraciones parece una actitud condenada a la melancolía, ¿cómo os veis ante los grandes medios de comunicación que parecen estar más orientados a defender unos intereses concretos que a la simple información?
Estoy totalmente de acuerdo contigo. Esta es la gran ventaja con la que contamos frente a otros medios tradicionales. No tenemos ninguna empresa o institución que nos financie y nos ponga límites o censuras en temas peliagudos. Tenemos total libertad para escribir sobre lo que nos parezca interesante y digno de análisis, y eso el lector debe tenerlo muy en cuenta a la hora de elegir. Muchas veces el público en general nos ceñimos a una fuente y acabamos pensando como esa marca o empresa. Ahí fuera, hay mucho y muy bueno donde poder informarnos con otros puntos de vista. La publicidad, las presiones y en mi opinión, en gran medida los directivos y consejeros de las empresas comunicación imponen restricciones a sus periodistas. Buscan diferentes intereses y eso afecta a la libre información.
Las redes sociales, ¿han ayudado o han perjudicado a los medios de comunicación? Se alaba eso de la inmediatez con la que la información fluye por ejemplo en Twitter, aunque lo que por ahí circula es casi tantas veces falso como verdadero. Es una opinión personal, pero creo que los periodistas no se reivindican lo suficiente como los verdaderos garantes de la información veraz siendo ese el mayor de sus valores.
Exacto, creo que en cierto modo es un poco “culpa” o responsabilidad del periodista esa pérdida de crédito entre el público. Tenemos que buscar ese elemento diferenciador que nos distinga de toda la información que circula por la red. Al fin y al cabo, para eso nos han formado, si la información periodística tiene la misma calidad que un comentario en Twitter o Facebook, tenemos un problema serio de bases. Esa reivindicación ha de ser demostrable y no fruto del mero discurso.
No creo que las redes sociales hagan daño a los medios de comunicación sino que les exige un mayor de grado de dedicación y ambición en la búsqueda de la información. Además las redes sociales les pueden servir como baremo del sentir social y de la opinión pública. Pero como te he dicho antes, el público debe saber que lo que se publica en la redes sociales son opiniones, comentarios o interpretaciones, pero no periodismo. Eso no quiere decir que la sociedad, en ocasiones, no sea más suspicaz que los propios medios.
¿Puede que esta situación de profunda crisis tenga un lado bueno y haga que mucho del intrusismo que el periodismo ha sufrido en los últimos tiempos desaparezca y prevalezcan en el sector aquellos que tienen al periodismo como su vocación?
Ojalá, eso sería fantástico. He visto como gente sin vocación y sin apenas interés por la profesión, por unas cosas o por otras, están trabajando y ocupando un puesto en medios de comunicación. Con ello no quiero decir que no hayan hecho méritos para estar ahí, pero entristece ver gente que con un gran talento y proyección, no tienen la oportunidad de optar a esos puestos porque delante hay una cara preciosa o un enchufado de turno. Es así. Quizás con la crisis que atraviesan los medios, haya más de uno que no viva por la profesión y se lo piense dos veces. Quizás todavía tenga una visión idílica y romántica del periodismo, pero me gusta tenerla mientras crea en ello. Cuando deje de creer en el periodismo como lo enseñaron y lo he conocido, diré que es una soberana y reverenda mierda. Pero mientras, seguiré intentando que Indiscretos salga adelante.
En vuestra publicación la cultura tiene un hueco importante, no tanto las noticias de índole deportivo, las cuales además poco tienen que ver con la alabanza a sus ídolos ¿si algún día tocara asumir la especialización de contenidos, sería la cultura el eje principal de la misma en detrimento de otras secciones?
Umm, me temo que no. Indiscretos tiene la suerte de contar con redactores y personas que hacen de la sección de cultura un nicho de interés y conocimiento para el lector. Pero la actualidad política es esencial en nuestros artículos y también contamos con gente bien adiestrada. La sección de deportes la quise incluir para ofrecer información deportiva diferente a la que existe actualmente, la cual me parece tremendamente aburrida, repetitiva y de escaso interés. Sólo hay echar un vistazo a las portadas de Marca o As…
La publicación on-line tiene una periodicidad semanal, ¿entra en vuestros planes alcanzar la edición diaria?
Puff…Lamentablemente ser joven, becario y estudiante también lleva su tiempo y no podemos dedicarnos en cuerpo y alma, por ahora, a la revista. Decidimos hacer las publicaciones semanalmente porque creímos que era mejor ofrecer un artículo trabajado y de calidad, que siete a la remanguillé. De todas formas, apenas llevamos cuatro meses de vida y estamos muy contentos y agradecidos con el apoyo recibido, nunca se sabe si en un futuro Indiscretos generará algún beneficio económico y así poder dedicarnos de pleno a ello. Por ahora cualquier beneficio que saquemos será destinado a la revista y pagarnos unas cervecitas entre los redactores.
Cuando tuve la idea en la cabeza y se la propuse a mis compañeros, no me imaginaba lo poco, pero mucho, que hemos conseguido hasta ahora. Uno de los secretos de Indiscretos es que todos somos amigos desde hace años, nos conocimos en la facultad y somos un grupo unido, y eso se nota. Sin los compañeros y amigos nada habría sido posible. Además tenemos la suerte de contar con Jöel, otro amigo plumilla, que tiene mucha más experiencia y sus consejos nos son muy útiles. Esto también nos sirve para defendernos de los que tildan a los jóvenes de ser unos zánganos apáticos que basan su tiempo libre en la juerga y el divertimento. Creo que dice mucho de nosotros, el dedicar nuestro tiempo y dinero en proyectos como esta revista. Aunque también disfrutamos siendo los Indiscretos.