Ya son seis años desde que los inclasificables Pony Bravo publicaran su último álbum “De palmas y cacería”. Una larga espera que podría haber generado dudas sobre la continuidad o capacidad creativa del grupo, algo que ha quedado del todo disipado tras la publicación la pasada primavera de “Gurú”, cuarto larga duración en su discografía y que desde la primera escucha vuelve a conectar con el imaginario ecléctico y alucinógeno de una de las bandas más interesantes del panorama musical español.
Y es que el grupo andaluz ha vuelto a estar a la altura de las expectativas que su tan original estilo, mezcla y evolución de muchos otros, plantea al presentar una colección de canciones que vuelve a ser un crisol de estilos que se mezclan, conviven y mutan.
Ritmos africanos, dub, flamenco, trance, psicodelia, … Pony Bravo se atreve con todo y esas múltiples influencias estilísticas de las que se nutren generan canciones de atmósfera densa de ritmos contagiosos y lisérgicos en el que letras alucinógenas, llenas de juegos de palabras, humor y absurdo aparecen plagadas de nombres y referencias culturales.
Una propuesta valiente de un grupo de ya larga carrera, que ha sabido mantener una coherencia artística desde sus inicios y crecer con cada nueva entrega, que demuestra seguir en plena forma creativa presentando uno de los discos más interesantes en lo que llevamos de año. Los ponybravistas están de enhorabuena.