Iban Zaldua publica en castellano el ensayo “Ese idioma raro y poderoso: Once decisiones cruciales que un escritor vasco está obligado a tomar”, un trabajo que desde el humor y la ironía trata de contar qué es lo que en la literatura vasca actual.
Da la impresión que «Ese idioma raro y poderoso» es un ensayo nacido para crear polémica aun tratándose de la enumeración objetiva de hechos perfectamente descritos.
¿Tú crees? Ciertamente, no es un ensayo al uso, no tiene pretensiones académicas: es un intento de contar qué es lo que ocurre en la literatura vasca actual desde un punto de vista, eso sí, muy personal, el mío, y con un punto de humor. Desde ese presupuesto, claro está, la objetividad absoluta queda descartada, y por eso tiene algo de ensayo y también de panfleto. Pero, aunque no me corto mucho en mis afirmaciones, surge con una intención descriptiva, más que polémica.
«Once decisiones que un escritor vasco está obligado a tomar», ¿están obligados los escritores vascos a optar por un bando que le acabará por enfrentarse con otro u otros bandos?
No creo que sea un juego de bandos. De hecho, si algo solemos ser los escritores es individualistas, ególatras y narcisistas; no creo que los vascos seamos excepción. Y, aunque tengamos modelos a seguir, nos enfrentamos solos a esas decisiones que todo escritor ha de tomar. La combinatoria que de ahí resulta es más amplia de lo que algunos piensan y no me parece que sea tan fácil de reducir a cuestiones de bandos….
El lector ajeno a la realidad de la literatura y sociedad vasca puede acabar sorprendido de lo complejo que una realidad tan pequeña puede llegar a ser, ¿o este tipo de polémicas entre idiomas y escritores son moneda común en otras literaturas y sociedades bilíngües?
Bueno, yo opino que una de las conclusiones que pueden extraerse del libro es que nuestra literatura actual, con sus peculiaridades, es tan compleja como cualquier otra literatura occidental, con libros buenos, regulares y malos en proporciones similares a las de los sistemas literarios de nuestro alrededor. En eso hemos salido ganando: es algo que no podía decirse de nuestra clerical literatura “clásica”, por ejemplo…
Las relaciones entre escritores vascos en castellano y escritores vascos en euskera no es que hayan sido precisamente buenas, las más de las veces por temas que poco tienen que ver con la literatura, ¿es aún peor para escritores que han publicado en ambos idiomas?
Yo lo veo más como una ventaja que como un hándicap. A fin de cuentas, tales escritores pueden participar de ambos mundos. Pero tampoco es tantísima la ventaja: los escritores siempre tienen la posibilidad de traducir su obra, sobre todo del euskera al castellano. Y cada vez se hace más, por cierto.
La lista de libros escritos en euskera que aparece en el último capítulo es impresionante, quizás la mejor prueba de lo positivo que tienen las subvenciones públicas a la literatura a pesar de las polémicas que siempre han suscitado.
No creo que sea un factor tan determinante: la mayoría de esos libros se habrían escrito también sin subvención; otra cosa es cuál habría sido su difusión. En un mercado tan estrecho como el eusquérico, la subvención, que no es tan grande, es una condición indispensable para asegurar un mínimo de diversidad: el que existe en la literatura vasca actual. Algo de lo que deberíamos alegrarnos todos, a mi entender.
“Ese idioma raro y poderoso”, Iban Zaldua Ed. Lengua de Trapo 230 páginas, 17’68 Euros,