La fotógrafa checa afincada en Londres Eliška Sky compagina un llamativo trabajo comercial para grandes marcas de la moda junto con proyectos más personales que, mediante la fuerza de los colores y recursos cercanos al surrealismo, hablan de la belleza del cuerpo femenino no normativo y crean mundos en el que cualquier prejuicio y discriminación quedan apartados.
¿Recuerdas tus inicios en fotografía? ¿Cuándo decidiste que la fotografía iba a convertirse en tu profesión?
Sí, lo recuerdo perfectamente. Siempre había sido muy creativa desde mi infancia y asistía a montones de clases de arte, pintura y cerámica. La fotografía llegó a mí estando en el instituto cuando, a los dieciséis años, se organizó un certamen de fotografía escolar en el que decidí participar. Tomé prestada la cámara del lugar de trabajo de mi padre ya que no teníamos cámara en casa; por aquel entonces las cámaras no abundaban como hoy día (imagínate que por aquel entonces ni los teléfonos podían hacer fotos, ¡me siento mayor, je, je!). La idea de capturar la historia en una fotografía y jugar con las luces y las sombras fue algo que me cautivó. Empecé a hacer fotografías de bodegón y con ellas gané el tercer premio en la competición, algo que impulsó mi confianza. El punto de inflexión vino cuando, a los dieciocho años empecé a trabajar con gente, involucrando a mis amigos y compañeros de clase como modelos y ayudantes. Me encantó trabajar en equipo y expresar mis pensamientos, emociones e historias a través de la fotografía escenificada. Sentí que había encontrado algo realmente único que me apasionaba y decidí que quería que la fotografía fuera mi profesión a tiempo completo.
Tu principal herramienta para trabajar es una cámara, pero viendo tu trabajo podría decirse que eres mucho más que una fotógrafa, algo así como una especie de artista visual que crea su propio mundo. ¿Qué encontraremos en el mismo?
Sí, creo que la cámara y la fotografía es solo una de las herramientas. Estoy muy interesada en crear mis propios mundos de fantasía, imaginación y creatividad, donde todo el mundo es bienvenido sin discriminación ni prejuicios. Me encanta explorar los colores vivos, los movimientos y expresiones del cuerpo y trabajo en torno a los temas de positividad corporal, inclusividad y sostenibilidad.
¿Cuentas con un equipo para construir estas imágenes o eres capaz de hacer frente a todo el trabajo previo que tus imágenes necesitan antes de iniciar la sesión de fotos?
El equipo con el que trabajo es muy importante para mí y el tamaño de este depende de la escala del proyecto. A veces me meto en otros roles como la producción, el diseño del escenario y el bodypainting. Pero la mayor parte del tiempo me gusta que sean profesionales quienes dediquen su tiempo y experiencia al proyecto.
¿Podrías explicarnos brevemente el proceso de creación de tus imágenes? Se intuye que la complejidad de algunas de ellas requiere un exhaustivo trabajo de previo antes de realizar la toma.
Absolutamente, la mayor parte del tiempo que lleva crear la imagen final es toda la preparación previa de la misma. Normalmente, empieza con una idea inicial y entonces preparo un collage de ideas y varios bocetos. Mis collages de ideas suelen ser documentos de muchas páginas en donde se explican en detalle las referencias e ideas para todos los aspectos del proyecto y en el que se incluye el ambiente general que va a tener la escena, la iluminación, el diseño del escenario, las poses, el estilismo, peluquería y maquillaje. También empleo bastante tiempo en escoger el equipo adecuado, ya que la fotografía escenificada va mucho de colaboración y trabajo en equipo. Mi aspiración el día en que se hace la sesión de fotos es seguir exhaustivamente los bocetos y el collage de ideas, pero también dejo un margen para improvisar y me permito responder a las ideas de los miembros del equipo y a lo que el momento en sí te hace sentir.
¿Dónde encuentras inspiración para crear esas escenas tan abigarradas y, en ocasiones, tan surrealistas?
La inspiración para mis fotografías viene de experiencias personales, sentimientos y mensajes de positividad corporal, conexión humana y protección de la naturaleza. Quiero comunicar estos temas y el surrealismo ofrece al espectador ver cosas con una perspectiva diferente y una producción creativa. Utilizo colores vivos, ya que quiero compartir la positividad y una visión casi infantil del mundo.
¿Cómo de complicado es combinar tu trabajo para marcas de moda con otros proyectos personales? ¿Hay tiempo para todo?
Puede ser difícil a veces que todo encaje. Me encanta trabajar en mis proyectos personales, pero también necesito pagar las facturas y es por ello que me mantengo activa en el ámbito de la fotografía de moda y publicidad. Además, siento que progreso si me mantengo ocupada y activa y disfruto mucho en proyectos a gran escala. A veces necesito recordarme a mí misma que el trabajo personal necesita más tiempo y espacio y me presiono para que estos proyectos artísticos salgan adelante. Supongo que no detenerse nunca es algo intrínseco a la vida de un trabajador por cuenta propia.
Uno de tus proyectos más interesantes es Womaneroes, una serie de imágenes poderosas de mujeres con su cuerpo pintado. Háblanos sobre ello, ¿cuándo comenzaste con este proyecto? ¿Qué quieres expresar con el mismo?
Womaneroes es un proyecto muy cercano para mí, ya que expresa la fortaleza femenina y la positividad corporal. Quería mostrar que las mujeres pueden ser dueñas de su propio cuerpo y transformarse en esas coloridas estatuas sin ningún tipo de vergüenza ni sentimiento de estar siendo juzgadas. Ese vistoso bodypainting celebra y resalta el cuerpo como una obra de arte y, en mi opinión, es algo que empodera los cuerpos femeninos sean cuales sean sus formas y tamaños.
¿Está en tu empeño incrementar tu esfuerzo en profundizar en tu fotografía más artística o no es posible renunciar a los encargos comerciales de las compañías?
Me repito esta pregunta de forma habitual y oscila constantemente entre ambos ámbitos. Hay temporadas en las que me centro más en mi trabajo personal, pero entonces siento que pierdo la conexión con lo que supone trabajar con equipos más grandes y el dinamismo que implican los encargos comerciales. Entonces me concentro más en trabajos comerciales, pero entonces echo de menos dar rienda suelta a mi vertiente artística y la posibilidad de experimentar sin límites. Así que, de momento, me mantengo trabajando en ambos. Tengo el sueño de hacer de Womaneroes un proyecto mucho más grande y llegar a hacer una publicación con cien mujeres. Al mismo tiempo, también quiero proseguir con mi carrera en la moda y trabajar con grandes marcas y clientes, ya que disfruto colaborando con diferentes proyectos y visiones.