La artista multidisciplinar Fatima Al Qadiri regresa con un nuevo disco, “Brute”, cuya portada, un Teletubbie vestido de policía anti-disturbios, imagen inspirada en una escultura de Josh Kline, ya da buena cuenta del marcado carácter político del mismo.
Quizás por su trayectoria vital, nacida en Senegal, criada en Kuwait y asentada hoy día en Nueva York, su discurso de denuncia trasciende cualquier localismo para tratar de ofrecer una visión global sobre un mundo convulso y violento, sobre el que cada vez se ciernen más sombras y en el que incluso las democracias occidentales sucumben ante peregrinos discursos que cercenan los propios valores en las que se basan sus sociedades, anulando por el camino cualquier inquietud que como individuos podamos tener y sofocando cualquier disidencia.
Un uso minimalista de la electrónica en temas instrumentales, elegantemente producidos, que pudieran encajar dentro de la escena Grime, para generar ambientes siempre tensos y oscuros, que pretenden ser un reflejo de la realidad sombría a la que nos vemos abocados y que se intercalan, hay que decir que probablemente no de forma muy conseguida, con fragmentos de diversos discursos rescatados de conflictos varios que asolan diferentes regiones y colectivos.
Brutalidad policial, conspiración de las élites, recorte de libertades, racismo, lucha de clases, discursos que inciden en los problemas de sociedades supuestamente libres y que ahondan en la distopía en la que se ha convertido una forma de vida que se muestra exhausta ante la necesidad de resolver sus propias contradicciones.
Un trabajo elegante en las formas pero que quizás no consigue desarrollar del todo la ambiciosa intención de plasmar en música un estado de ánimo planetario en el que prende la idea de que cada vez más, solo aspiramos a sobrevivir.