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Haciendo planes. Encontrando lo sublime en la sencillez.

El donostiarra Karmelo C. Iribarren, una de las voces más destacadas de la poesía en castellano de la actualidad, incide en “Haciendo planes” en temáticas recurrentes. La melancolía, el amor, una visión precisa de la vida y esa asombrosa capacidad de saber describir la grandeza de las pequeñas cosas en poemas de profunda belleza.
Una de las características de tu poesía es el mínimo uso de recursos con los que se consigue expresar una enorme cantidad de sentimientos, ¿es un proceso muy trabajado?

Una vez que escribo el poema sí tiendo a eliminar mucho de lo escrito para dejarlo en el hueso, en lo fundamental, me interesa más la intensidad que vestir demasiado el poema. Creo que esta forma de escribir me viene dada por haber sido un gran lector de poesía clásica, en la cual el lenguaje está muy constreñido a la estructura del poema. Haber sido lector de poesía es lo que me ha llevado a escribir poemas, y a escribirlos de esta forma.
Uno de los temas recurrentes en tu poesía es el amor en sus múltiples facetas. Llama la atención esa capacidad de describir la fragilidad y la inocencia que se siente cuando el amor aparece y el sentimiento de desesperación y amargura ante su pérdida. Hay poemas en tu obra que podrían ir escritos en carpetas de adolescentes.

Creo que ante el amor el sentimiento es siempre el mismo, a pesar de la edad que tengas. Puede que con la edad tiendas a idealizar menos, por haberlo sentido con anterioridad, pero en el fondo, cuando aparece te sientes indefenso ante él. Sí creo que muchos poetas a partir de cierta edad, por pudor o por no saber manejarse en el tema, van dejando un poco el tema de lado para escribir sobre cosas más herméticas o metafísicas, pero mi poesía es más cercana a la realidad, más de contar lo que sucede y lo que me sucede. Quizás con algo más de pesimismo según pasan los años, pero creo que con respecto al amor siempre somos jóvenes.

La poesía parece vivir un buen momento, entre otras cosas, por el auge de las redes sociales, medio donde prima la inmediatez y la brevedad de los textos que se publican, ¿qué opinas sobre la presencia de la poesía en las mismas?

Sí, es una buena herramienta para su difusión aunque como todo, tiene una cara y una cruz. Sí es cierto que es una forma de llegar a gente que nunca abriría un libro de poemas y también un modo de darse a conocer para escritores que nunca habrían sido reseñados por los críticos predominantes y que han llegado a convertirse en auténticos fenómenos. Esa es la parte buena del asunto. La mala es que mucha gente publica cosas sin pudor alguno y que quizás hubiera sido mejor guardárselo y esperar un poco a hacer algo mejor.

El silencio está más cerca de la paz que la poesía. Esta frase de Leonard Cohen viene a decir que solo escribe poesía quien carga con un conflicto interno, ¿puede un poeta ser feliz?

Sí, hay algunos poetas celebratorios, pero mi obra está más cerca de ese desacuerdo, de ese roce con la vida, que a veces puede ser insoportable. Creo que los momentos plenos, simplemente se viven, y en general los poemas hablan sobre la añoranza, la pérdida. Aunque el poeta trate de alejarse de ello usando la ironía o incluso el humor, siempre habrá un poso amargo. La poesía tiene que ver más con la infelicidad y bueno, quizás los poetas tienden a ser más hiperestésicos y sufren más la insatisfacción y la melancolía que implica la vida que la gente común.

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