Potente debut del escritor bilbaíno afincando en Madrid Guillermo Aguirre con una obra que cuenta los avatares de unos personajes entregados al más descarnado nihilismo en un Madrid marítimo e irreal. Aguirre nos cuenta de primera mano los motivos que le llevaron a escribir Electrónica para Clara.
- Leyendo la novela a uno le da la impresión de que el autor la escribió asomado al más profundo de los abismos existenciales, ¿hay alguna otra forma de escribir algo como “Electrónica para Clara” si no es desde el límite?
Si que es cierto que por algunos detalles, como su esencia revisionista de cierta etapa juvenil y descarriada, y su lectura del amor un tanto enfermo, así como cierto matiz de venganza, exorcismo o quema de negros que rodea la novela, la Electrónica puede dar la impresión de estar escrita desde ese lugar, pero no fue así. Sea posible que a ese abismo me asomara –inconscientemente- antes de escribirla, pero en todo caso la novela se escribió en el reposo posterior a echar un vistazo sobre el abismo. Para concretar diré que la Electrónica se comenzó a escribir cuando yo dejé de salir de Jueves a Domingo, y sí, en una etapa en la que ciertas cuestiones sentimentales y de índole privada estaban lo suficientemente bajas como para (incluso) reírse un poco de todo ello. No se puede hablar del límite desde el límite.
- Uno de los personajes más impactantes es la ciudad donde se desarrolla la trama. ¿Tenías claro desde un principio esa irreal imagen de Madrid? ¿Hay algo en ese Madrid marítimo, de canales y garitos clandestinos de otras ciudades?
Pues claro, claro… quizá no sea la palabra. Todo muy turbio. La idea del Madrid marítimo surge de manera espontánea nada más comenzar con el texto, tampoco es una idea extremadamente original ya que Madrid tiende a soñarse con aquello que carece, como todos nosotros, y como los personajes de la Electrónica. Pero aún así, si que parece haber sido un recurso estético positivo. No sé si el mero hecho de que Madrid esté inundado o el modo de contarlo, con las Crónicas del gato y esa especie de elegía o canto a una ciudad que me ha tratado muy bien (como le ha dado la gana, porque es muy inconsciente de si misma, pero muy bien). El recurso de un Madrid extrañado, me pareció, aún así, que me permitía alejarme de cierto realismo moralizante a través del espacio mítico u onírico. No se si remite a otras ciudades. La novela acaba por creer, o hacer que remita (teniendo en cuenta que Madrid se convierte en Berlín). Tampoco se que papel juega mi nostalgia por el mar en este suceso, porque mi nostalgia por el mar es moderna. Hasta que no me voy de Bilbao casi no me doy cuenta de que Bilbao tenía mar, pero pese a todo ello, creo que es un Madrid meridianamente reconocible, más desde luego por lo que lo personajes realizan en él (su modo de vivir, alocado, fiestero, sucio y desprovisto de moral) que por sus componentes estéticos e imaginativos.
- Se han hecho paralelismos entre tu trabajo y novelas como Historias del Kronen, por aquello del retrato generacional que supuestamente pretenden ser. Sin embargo, veo que por encima de todo se trata de una historia de amor.
Si, alguno se ha trazado exactamente por lo que señalas, David. Pero para mí, y como también señalas, la Electrónica es una historia de amor (ni siquiera se si moderna ¿Puede ser moderna una historia de amor?) rodeada de ese retrato generacional que pretende ser lo menos trágico que pude hacerlo, para convertirlo en lo más irónico y elegiaco que me dio la muñeca. La Electrónica es la historia de amor entre Clara y Jonás. Clara reaparece en la vida de Jonás cuatro años después de que al parecer buscaran piso juntos, pero ella dice no ser quién Jonás recuerda, dice ser otra Clara qué además es la novia de un buen amigo de Jonás: Jacques. Partiendo de ahí, de este error o juego de máscaras (que es de donde parte la novela) queda claro que es de amor (o de relaciones, o de desamor, o al menos de algo que duele como un dolor de muelas) Del mismo modo también queda claro que por extensión tenemos un trío y por mayor extensión tendrá que haber un grupo que sostenga el trío, con sus pequeñas y desastrosas historias. Ir de una novela de primer amor (que es de por si una novela de iniciación) a una novela generacional (que es la iniciación de un grupo al mundo adulto) al menos a mi, me parece algo casi natural.
- La música es uno de los ejes de la novela. ¿Te ha servido de inspiración algún grupo o canción en especial?
No, ninguno en especial. La música estaba muy presente en nuestras vidas por entonces: con ella comíamos, con ella nos lo pasábamos bien, follábamos y nos drogábamos, y en ella nos olvidábamos un poco de quienes éramos y de que hacíamos. Sobre todo y por entonces con el conglomerado de la música electrónica, el minimal, el hard…etcétera…Por ello como concepto dentro de la novela tiene una presencia palpable y continua, casi formal. Pero la novela en si (que ya digo se gestó después de que esto ocurriera) creo recordar escribirla en un silencio agradable. Si el texto (cualquier texto) también contiene musicalidad, no veo que ayuda puede presentar la música en sí mientras unos escribe. A mí al menos me despista. Soy muy dado a la dispersión, por eso escribir es algo que hago casi como si estuviera robando en mi propia casa, en silencio, respirando bajito y en soledad.
- También llama la atención lo fragmentado de la narración, personajes que entran y salen de la trama con diálogos cortos, ¿es algo intencionado que pretende acentuar la caótica vida de los protagonistas?
Si, pretende acentuar su caótica vida entre otras cosas. También pretende que yo cristalice la narración para no irme de madre, quiero decir, en fragmentos cortos es más fácil cerrar los párrafos y controlar los excesos (a los que soy dado en todas las direcciones). Por otro lado me pareció que era el único modo de contar la historia de la Electrónica, el más natural y el que mejor llevaba la tensión del texto a su final. Uno debe de contar lo que quiere (o al menos intentarlo) pero a un mismo tiempo no debe de perder de vista que una novela es un artefacto que se hace para que alguien lo lea hasta el final. Una trampa agradable con ínsulas de grandeza.
- ¿Es el cine el próximo destino de “Electrónica para Clara”? Leyendo la novela las imágenes llegan con facilidad a la mente…
Ya me gustaría (jejeje) aunque creo que el coste para recrear semejante Madrid (enfermo, inundado, descabellado, decadente y con terremoto adjunto) no resulta en absoluto fácil, ni a nadie la saldrían las cuentas con un par de manos, dos pies y el photoshop bajo el brazo. Ese es uno de los privilegios de la literatura. No necesitamos el presupuesto de Ben Hur para escribir Ben Hur, del mismo modo, de un tiempo a esta parte, cada vez parecemos ser esclavos estéticos y formales del cine: ha entrado en la vida de la literatura y la literatura se apoya en su lenguaje, creo, con una mezcla de sorpresa, extrañeza e inevitabilidad. Las imágenes a partir de ahora en la literatura llegarán con facilidad a la mente de manera mas habitual y cinematográfica, porque la mente del lector, de algún modo (como la del escritor) se ha educado ya en lo cinematográfico. O algo así. No dejes que filosofe que se me da muy mal.
Electrónica para Clara, Guillermo Aguirre, Ed Lengua de Trapo |
Entrevista publicada en la revista AUX Magazine (www.auxmagazine.com) en junio de 2010. |